agosto 20, 2007

Después del Sismo al Sur del Perú, Atención a las victimas se vuelve crítica


El sur Perú, fue sacudida por un fuerte sismo, de 7.9 en la escala de Ritcher, el pasado miércoles a las 6:40 de la tarde, los cuales causaron considerables daños materiales en la región de Ica al sur de Lima. Aunque las autoridades aún no tienen un balance de las consecuencias del movimiento telúrico que afectó la zona de Ica en el Perú, Defensa Civil ha confirmado la muerte de mas de 500 personas y ha calculado el número de heridos en más de 1500.

La ciudad de Pisco resultó ser la más afectada. El número de muertos, sólo allí, podría superar los trescientos y más del 70% de las edificaciones del lugar resultaron destruidos.

Hasta la fecha, más de cuatrocientas réplicas del terremoto han tenido que soportar los pobladores de la región de Ica, mientras tratan de paliar las consecuencias de uno de los terremotos más fuertes de a historia de ese país. Entre el miedo, decenas de miles de personas buscan donde dormir, un poco de agua o alimentos básicos. La capacidad de atención de emergencias del país se vio desbordada por la magnitud de la tragedia, el desorden en la gestión de las ayudas y por lo sorpresivo que resultaron sus consecuencias que fueron evaluadas inicialmente como no muy graves.

A pesar de los inmensos esfuerzos que se realizan y de la solidaridad internacional, la atención de las víctimas del terremoto se ha dificultado, lo que llevó a que grupos de víctimas saquearan vehículos que transportaban bienes para atender la emergencia. Hay necesidades de agua potable en la región y el sistema de salud de la zona se encuentra completamente colapsado. Miles de personas reclaman ausencia de las autoridades en algunas de las zonas afectadas.

En algunas zonas de los municipios más afectados, especialmente en Pisco ha habido saqueos de comercios e incluso de viviendas que no fueron afectadas por el terremoto hasta donde han llegado personas armadas a exigir la entrega de bienes. Las víctimas se quejan de que la atención se ha concentrado en los centros de los cascos urbanos pero que no se ha distribuido ninguna ayuda en zonas apartadas donde hay sed y hambre.

La debilidad institucional para atender este tipo de emergencias quedo evidenciada con éste hecho. El Gobierno, señaló que los municipios han descuidado el área de defensa civil, pero lo cierto es que el sistema de salud y las comunicaciones se convirtieron en los puntos más críticos. Dos horas después de ocurrido el terremoto el Presidente García afirmó que no se trataba de un desastre con grandes pérdidas en vidas humanas y más de doce horas después la Defensa Civil solo había confirmado la muerte de 48 personas, esto es, un poco menos del 10% de las víctimas.

La interrupción de las carreteras demoró la entrega de las ayudas que, en su mayor parte, han tenido que moverse por aire y agua.

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